Cerca la medianoche, Calisto y sus dos criados salen armados hacia la casa de Melibea. La noche está oscura y quieren prevenirse contra cualquier eventual emboscada. Calisto le encomienda a Pármeno que vaya y mire entre las puertas, a ver si ha llegado Melibea. Pármeno hace saber a amo que es más apropiado que sea a él a quien Melibea vea primero. Calisto se adelanta. Los criados quedan rezagados temerosos. Es Lucrecia, la criada, quien reconoce a Calisto por la voz. Melibea se acerca a la puerta y manda a su criada a la cama. Melibea expresa frialdad y miedo que su honra quede dañada
jose agullar
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